LA PESETA (1869 - 2002)

 

 

La palabra peceta (piececita), disminutivo de peça (pieza), existía en lengua catalana desde tiempos muy remotos. En el siglo XV se aplicó a monedas de plata y en la Edad Media se utilizó para designar el real de a dos.
A principios del siglo XVIII, la palabra peceta se introduce a la lengua castellana como peseta. Una pragmática con fecha 13 de julio de 1718 es el primer documento oficial que alude a la peseta.

El Diccionario de Autoridades de 1737 define la peseta como "la pieza que vale dos reales de plata de moneda provincial, formada en figura redonda. Es voz modernamente introducida".

El proceso por el que pasó de una lengua a otra hay que buscarlo en la guerra de sucesión a la Corona española (1705-1714) entre el pretendiente francés, Felipe de Borbón, y el archiduque Carlos de Austria. Este último tenía sus operaciones militares en Cataluña, por lo que acunó en Barcelona grandes cantidades de reales de a dos. Posteriormente, estas monedas de plata inundaron el mercado castellano, y con ello se comenzó a popularizar la palabra peseta escrita tal como sonaba la pronunciación catalana de aquel término.

El vocablo castellano peseta regresó al ámbito catalán y se hizo una transposición fonética de la que resultó pesseta, voz que aún persiste.

 

1868. En septiembre de 1868, los revolucionarios para modernizar España instauraron la unidad monetaria, dentro del sistema métrico decimal, que sustituyera a los "reales" y "escudos" que circulaban por el país.
Un decreto del 19 de octubre de 1868 crea la peseta, con objeto de agilizar la economía y el comercio e impulsar el sistema financiero.

 

Curso Legal de la Peseta.- La primera pieza con denominación de 'peseta', aun sin ser la moneda oficial, se acuñó en la Barcelona ocupada por las tropas francesas de Napoleón I (1808-1814), siendo rey su hermano José I.

En el anverso figura el valor nominal, y en el reverso, el escudo de la capital catalana.

Curiosamente, fue en 1808 y en Cataluña la primera vez que una moneda salió de la ceca con leyenda en español y no en latín, poco antes de la llegada de los franceses.

En la inscripción se proclama a Fernando VII rey de España, y aparece en Gerona (con el nombre en castellano) como lugar de la acuñación.

 

La primera peseta de curso legal se acuño en 1869 y figura el título de "Gobierno Provisional", referido al Ejecutivo revolucionario encabezado por el general Francisco Serrano (si bien cabe decir, que el alma del movimiento antiisabelino había sido el general Juan Prim), y el nombre "Hipania". Estaba inspirada en una moneda del emperador hispalense Adriano, en la que aparecía una matrona recostada en la península Ibérica.

 

Hasta la Restauración, no se vuelven a acuñar monedas de una peseta. Durante el reinado de Alfonso XII se ponen en circulación piezas de esta cantidad entre 1876 y 1885, año de la prematura muerte del monarca.

Las de sus últimos años son conocidas como de patillas, por las que luce el monarca al estilo del emperador austríaco Francisco José, con cuya prima se había casado el soberano español. El grabador pudo tener un despiste y salió un perfil real con demasiado relieve, por lo que la patilla sobresalía por encima del listel

(el borde), con lo que la pieza sufría un rápido desgaste. Esta pieza se encuentra raramente en el mercado numismático en flor de cuño, por lo que su valor actual en esta conservación puede superar las 100.000 pesetas.

 

1888. Alfonso XIII, hijo póstumo de Alfonso XII, fue rey desde su nacimiento. Las monedas han dejado una galería de retratos de este monarca que muestran su crecimiento.

La primera peseta se acuñó en 1888 y se conoce como el pelón, debido a que Alfonso tenía sólo dos años.

 

La peseta de 1893 se conoce como de bucles. La de 1896, de tupé, y la de 1903, de cadete.

Durante el resto de su reinado no se acuñaron más piezas, que duró hasta que fue destronado.

 

La primera acuñación republicana, todavía en plata, se efectuó en 1933-1934 y reapareció la matrona Hispania con un ramo de olivo en la mano.

 

En plena guerra civil, en 1937, nacieron las rubias, al cambiarse el metal de la peseta por una aleación de cuproníquel de color dorado. La imaginación popular otorgó el color rubio a la larga melena del retrato femenino que aparece.

 

Discos de cartón que circularon en la guerra ante la escasez de metales.

 

Las pesetas de papel comienzan a imprimirse durante la guerra civil, debido a que la industria bélica necesita metal para fabricar las vainas de las balas.

El papel es una moneda fiduciaria, es decir, que se basa en la confianza del portador en que el Estado le reintegrará en metal esa cantidad. La peseta de la derecha es la primera peseta en papel emitida en Burgos por el Banco de España.

 

Franco continuó imprimiendo pesetas en papel durante la posguerra. La primera peseta franquista esta fechada en Burgos en 1938. El último billete de peseta lleva la cara del marqués de Santa Cruz, que no pudo mandar la Armada Invencible, y tiene fecha del 22 de julio de 1953.

 

1938 1940

 

1940 1943

 

1945 1948

 

1951 1953

 

Las pesetas, hasta 1982, son de una aleación cuproníquel con una gran proporción de cobre puro que con el tiempo se fue reduciendo para asegurar una mejor resistencia al desgaste.

En 1944, aparece la peseta del uno, todavía sin la efigie del general. El primer perfil de Franco aparece en 1947-1948, para el que se utilizó un retrato del escultor Mariano Benlliure, que en un principio adolecía de un excesivo relieve que se tuvo que reducir.

 

La peseta de 1966, última de la era franquista, se debe a Juan de Ávalos. Es curioso seguir la evolución del bigote del caudillo, que se va suavizando a medida que pasa el tiempo.

 

Con el advenimiento de la monarquía en 1975 y el restablecimiento de la democracia en 1978, se realiza una primera emisión de pesetas con el rostro de Juan Carlos I.

Al revés que el dictador, mira hacia el lado izquierdo. La emisión de 1975, y la primera de 1980, conserva en el reverso el viejo escudo.

En 1980 salió a la circulación la peseta conmemorativa del Mundial de fútbol que se celebró en España en 1982. En el reverso de la moneda aparece el uno. En este año se actualiza la relación fiduciaria, ya que una peseta de 1944 vale más que el metal del que está hecha.

 

Actualizada la relación fiduciaria, se altera la aleación de las pesetas y se fabrican con aluminio, recuperándose el color blanco (que no el metal de plata) de las monedas de antes de la guerra. La última emisión que guarda las dimensiones tradicionales circula entre 1982-1989. La que aparece en 1989 estará en circulación hasta que el euro sustituya definitivamente a la peseta a partir del 1 de julio del año 2002. Los euros aparecerán el 1 de enero del 2002 y coexistirán con las pesetas durante seis meses.

Las pesetas se continuaron fabricando hasta diciembre del año 2001.